La Luna, nuestro satélite natural, ha sido objeto de fascinación y estudio desde tiempos ancestrales. Y ahora, un nuevo descubrimiento ha confirmado que la Luna está en realidad encogiendo.
Un estudio llevado a cabo por la NASA y publicado en la revista científica Nature Geoscience, ha revelado que la Luna se está contrayendo a medida que su interior se enfría. Este proceso provoca que la corteza lunar se arrugue y se forme lo que se conoce como fallas tectónicas. Estas fallas son grietas en la superficie lunar que se forman a medida que la Luna se contrae, y algunas de ellas pueden ser visibles desde la Tierra.
Los científicos han estado estudiando las imágenes de alta resolución tomadas por la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA para identificar y analizar estas fallas tectónicas. Gracias a este estudio, se ha podido confirmar que la Luna se está encogiendo a un ritmo aproximado de 50 metros de diámetro cada mil millones de años.
Este descubrimiento tiene importantes implicaciones para nuestra comprensión de la evolución de la Luna y de nuestro propio planeta. La formación de las fallas tectónicas en la Luna sugiere que su interior aún está activo y en proceso de enfriamiento, algo que hasta ahora se pensaba que había cesado hace miles de millones de años.
Además, este estudio también puede arrojar luz sobre la actividad tectónica de otros cuerpos celestes en nuestro Sistema Solar. Comprender cómo se forman y evolucionan las fallas tectónicas en la Luna podría ayudarnos a comprender mejor la actividad sísmica en otros mundos, como Marte o Europa, la luna de Júpiter.
En definitiva, este nuevo descubrimiento sobre la contracción de la Luna nos muestra una vez más la importancia de seguir explorando y estudiando nuestro Sistema Solar. Cada nuevo hallazgo nos acerca un poco más a desentrañar los misterios de nuestro universo y a comprender nuestro lugar en él.