Un nuevo estudio confirma que la teoría de que la Luna fue formada a partir de un impacto entre la Tierra y un cuerpo celeste llamado Theia, es verdadera.
Esta teoría, conocida como la hipótesis del gran impacto, ha sido objeto de debate durante décadas entre la comunidad científica. Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles ha presentado evidencia sólida que respalda esta idea.
Según el estudio, se han encontrado similitudes en la composición isotópica de la Tierra y la Luna, lo que sugiere un origen común. Además, los modelos computacionales muestran que un impacto entre la Tierra y Theia hace aproximadamente 4,500 millones de años podría haber dado lugar a la formación de la Luna.
El impacto habría sido catastrófico, con Theia siendo absorbida por la Tierra pero dejando suficiente material en órbita para formar la Luna. Este evento habría tenido consecuencias drásticas para la Tierra, incluyendo una fuerte actividad volcánica y un aumento en la temperatura del planeta.
Aunque la hipótesis del gran impacto ha sido aceptada por muchos científicos, este nuevo estudio proporciona una evidencia más sólida y detallada de cómo se formó nuestro satélite natural. Este hallazgo no solo contribuye a nuestra comprensión de la historia del sistema solar, sino que también arroja luz sobre la evolución de la Tierra y la Luna.
En resumen, la confirmación de que Theia chocó contra la Tierra y formó la Luna nos acerca un poco más a comprender los misteriosos orígenes de nuestro sistema planetario y la importancia de los impactos cósmicos en la conformación de los cuerpos celestes.