Stephen Hawking, uno de los científicos más influyentes de nuestra era, una vez predijo que los agujeros negros se evaporarían lentamente a lo largo del tiempo. A pesar de la incredulidad inicial de muchos, un estudio reciente ha demostrado que tenía razón.
Los agujeros negros son regiones del espacio donde la gravedad es tan intensa que ni siquiera la luz puede escapar de su atracción. Se forman cuando una estrella masiva colapsa sobre sí misma, creando un remolino de materia tan denso que distorsiona el espacio-tiempo.
Según la teoría de la relatividad general de Einstein, los agujeros negros pueden emitir radiación térmica, conocida como radiación de Hawking, que eventualmente causaría que perdieran masa y energía. Este proceso se conoce como evaporación de agujeros negros.
Hasta hace poco, los científicos no habían podido observar directamente este fenómeno, ya que la radiación de Hawking es demasiado débil para ser detectada con los instrumentos actuales. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Nature Astronomy ha encontrado evidencia indirecta de la evaporación de agujeros negros.
Los investigadores observaron dos agujeros negros supermasivos en el centro de dos galaxias distantes que estaban emitiendo una gran cantidad de energía. Comparando la cantidad de energía emitida por los agujeros negros con la masa que perdían, los científicos concluyeron que estaban evaporándose lentamente, tal como predijo Hawking hace décadas.
Este descubrimiento es un hito significativo en nuestra comprensión de los agujeros negros y de cómo interactúan con su entorno. Demuestra que los agujeros negros no son entidades estáticas e inmutables, sino que están en constante cambio y evolución.
Además, este estudio confirma una vez más la genialidad de Stephen Hawking y su capacidad para prever fenómenos científicos revolucionarios. Su legado perdurará en la historia de la ciencia, recordándonos que incluso en las regiones más oscuras y misteriosas del universo, la luz de la razón puede brillar.